El final del otoño y el invierno se consideran tradicionalmente difíciles para los automovilistas y sus "caballos de hierro". Arrancar un motor en clima húmedo y frío es a menudo una tarea con muchas incógnitas. Uno de los problemas más comunes que enfrentan los conductores son las bujías empapadas de gasolina.
Para comprender qué pasos tomar después de que las bujías ya se hayan "mojado", debe tener una idea de cómo funciona el motor en el momento en que gira la llave en el encendido. Todo el proceso comienza con un motor de arranque que, al ser un pequeño motor eléctrico, comienza a "empujar", es decir, hace girar gradualmente el motor. En la cámara de combustión se genera una mezcla de aire y gasolina, que es entregada allí por pistones y válvulas "despertadas" por el motor de arranque. A partir de la chispa de la bujía, la mezcla comprimida por los pistones se enciende y se produce una microexplosión. En esta etapa, el motor de arranque se apaga, ya que la energía de la microexplosión organiza la cadena de cilindros de trabajo en un solo todo.
Es fácil comprender que el funcionamiento eficiente del motor es imposible sin bujías. Sin embargo, en climas húmedos y fríos, es posible que la mezcla en la cámara de combustión no se encienda, incluso con velas en funcionamiento. A una temperatura ambiente de -15 grados Celsius o menos, la mezcla se enfría demasiado y no se produce la reacción de calentamiento químico necesaria, lo que permite que la chispa de la bujía funcione normalmente. Así, la mezcla inunda las velas y dejan de funcionar.
¿Qué se puede hacer en tal situación? Hay varias formas de solucionar el problema. Lo más fácil es quitar todas las bujías viejas, esperar un poco y atornillar un juego nuevo con una llave especial para bujías. Este método asume que se ha encargado de las bujías de repuesto con anticipación. Sin embargo, no a todos los automovilistas les gusta esta solución al problema, principalmente porque no es muy económica. La situación puede repetirse y cada vez que comprar un nuevo juego de velas es bastante caro.
La siguiente solución es adecuada para conductores frugales. Debe desenroscar las velas inundadas y llevarlas a casa o al garaje. Allí deben calentarse a una temperatura que cada conductor determine visualmente. Se cree que la vela debe brillar al rojo vivo, solo entonces habrá una limpieza efectiva de los depósitos de carbón y los rastros de la mezcla. Sin embargo, los automovilistas experimentados advierten que dicho calentamiento deteriora el núcleo cerámico del enchufe. Además, después de aplicar la temperatura a la vela, su superficie deja de ser lisa y necesita pulirse con papel de lija o papel de lija.
La forma más rápida es intentar secar las velas con un entrante. Para hacer esto, debe presionar el pedal del acelerador y encender el motor con el arranque por un tiempo. El aire fresco secará no solo las velas, sino también los cilindros, ya que la gasolina no entrará en la cámara de combustión debido a la válvula de mariposa completamente abierta. El automóvil arrancará después de que quite el pie del acelerador. Este método puede funcionar en automóviles con carburador y motor de inyección. Es cierto que existe la amenaza de "agotar" la batería antes de que las velas se sequen.