Radiador o refrigerante, refrigerante, anticongelante: todos estos son los nombres de un fluido muy importante y necesario para cualquier automovilista. No se congela hasta -40 ° C-60 ° C, tiene un punto de ebullición por encima de 108 ° C y realiza una serie de funciones necesarias para mantener el vehículo en buen estado de funcionamiento.
Instrucciones
Paso 1
Enfriar el motor de un automóvil es una de las funciones principales de un fluido de radiador. El anticongelante o anticongelante mantiene la temperatura de funcionamiento del motor, que es de 90-110 ° C por encima de cero, evitando así que se sobrecaliente. La baja temperatura se mantiene mediante un radiador, un conjunto de tubos de refrigeración.
Paso 2
Calentar el conductor en clima frío. Durante el funcionamiento del sistema de refrigeración, uno de cuyos elementos principales es el fluido del radiador, se libera calor, que entra en el habitáculo y calienta a las personas que se encuentran en él.
Paso 3
Protección del sistema de refrigeración contra la cavitación, la corrosión, así como los efectos nocivos de los nitritos y fosfatos, que están contenidos en el agua. Además, el refrigerante protege contra la hinchazón de los elementos de goma del sistema de enfriamiento y también ayuda a mantener su elasticidad.
Paso 4
El refrigerante también tiene propiedades lubricantes. Además, las suposiciones de que se agregan aditivos especiales al anticongelante o anticongelante para otorgar propiedades lubricantes son incorrectas. Tales propiedades se obtienen debido a la consistencia aceitosa de sus componentes principales: etilenglicol o propilenglicol.
Paso 5
El anticongelante o anticongelante es altamente higroscópico. Esta propiedad significa la capacidad del refrigerante para absorber agua. Con el tiempo, el anticongelante o anticongelante en el sistema de enfriamiento del motor del automóvil se diluye con agua y pierde sus propiedades útiles. Sin embargo, para que el refrigerante realice todas sus funciones y garantice el buen funcionamiento del automóvil en cualquier clima, debe cambiarse al menos una vez cada 2 años o después de un cierto kilometraje, según lo recomendado por el fabricante del automóvil.