En 2009, Volkswagen adquirió el 49,9% de las acciones de la empresa Porsche; esta fue la primera etapa en la fusión de los dos fabricantes de automóviles. Según el plan, se suponía que el proceso completo de fusión tardaría unos cuatro años, pero a finales de 2011 decidieron acelerar el trato.
Curiosamente, la propia Porsche ha intentado repetidamente adquirir Volkswagen después de ganar mucho dinero vendiendo el nuevo modelo Cayenne. Pero debido a la crisis financiera de 2009, Porsche no tenía el dinero para comprar una participación del 75% en Volkswagen. Además, la empresa Porsche ha logrado endeudarse por valor de 10 mil millones de euros. Sin embargo, Volkswagen no experimentó ningún problema particular durante la crisis y la caída de su producción fue insignificante. En primer lugar, porque es un líder de ventas desde hace mucho tiempo en Europa y, en segundo lugar, porque sus coches están ganando popularidad en los países del tercer mundo.
Por lo tanto, en 2009, la dirección de Volkswagen sugirió que los accionistas de Porsche vendieran la empresa y pagaran sus deudas. Pero la cantidad exigida por el Porsche resultó ser enormemente exagerada. Por tanto, las negociaciones se prolongaron durante todo 2009. En diciembre de 2009, Volkswagen finalmente logró negociar la compra del 49,9% de las acciones de Porsche por 3.900 millones de euros. Para recaudar esta cantidad, VW tuvo que vender 135 millones de sus valores preferentes sin derecho a voto. Porsche utilizó parte de las ganancias para pagar sus deudas con los bancos.
A principios de 2011, siguiendo un plan de fusión, Volkswagen adquirió la red de concesionarios Porsche por 3.300 millones de euros, que era la más grande de Europa y tenía el derecho exclusivo de vender todos los vehículos Volkswagen en Austria, así como en Europa Central y Oriental.
Para la compra definitiva de Porsche, Volkswagen carecía del 50,1% de las acciones por valor de 4.460 millones de euros. Para Volkswagen, esta no es una cantidad crítica, y a los accionistas de Porsche no les importó. Pero ha surgido una seria amenaza: si la fusión se lleva a cabo según lo planeado, es decir, en 2014, los impuestos aumentarán a mil millones de euros de ambas firmas. Y esto reducirá significativamente los beneficios de comprar un Porsche. Pero los abogados encontraron una salida a esta situación y aceleraron el trato.
Volkswagen comprará el 50,1% de las acciones de Porsche y recibirá una acción ordinaria adicional. Esto permitirá presentar la operación como una reestructuración de ambas sociedades y así reducir legalmente la base imponible. El acuerdo está programado para completarse por completo el 1 de agosto de 2012. Como resultado, el fabricante alemán de autos deportivos pasará a ser propiedad al 100% de VW y la décima marca bajo su control. Ambas empresas ya tienen un presidente y un director financiero, pero la transacción aún no se ha completado legalmente, lo que genera algunas dificultades y riesgos para la cooperación.
Para los fanáticos de ambas marcas de automóviles, se informa que Porsche no perderá su exclusividad como resultado del acuerdo, y Volkswagen agregará varios autos deportivos y de lujo a su línea.