El progreso no se detiene, se adapta o desaparece: hay una ley única para todo en el mundo y los automóviles no son una excepción. ¿Cómo serán los automóviles del siglo XXI en áreas metropolitanas abarrotadas, el calentamiento global y la escasez de petróleo?
Un ejemplo del papel del combustible del futuro es el hidrógeno. El hidrógeno se forma durante la electrólisis del agua; durante la combustión, emite solo vapor de agua, que no contamina el mundo. Pero el hidrógeno también tiene desventajas: en primer lugar, es caro de crear y, en segundo lugar, explota muy fácilmente al entrar en contacto con el oxígeno. Lo más probable es que los coches del futuro dispongan de piloto automático, baterías que consuman mucha energía o fuentes de energía autónomas como los reactores de torio.
Coches voladores
El deseo de crear una máquina voladora que combine un automóvil y un avión surgió entre la gente después de la Primera Guerra Mundial. Ases no quería separarse del cielo ni siquiera en tiempos de paz. Aunque los desarrollos se llevaron a cabo en todos los países desarrollados, los prototipos resultaron engorrosos y difíciles de operar. Pero en el futuro aparecerán vehículos de despegue y aterrizaje verticales. El mayor éxito en esta área lo logró la empresa estadounidense Moller Skycar, presentando modelos funcionales del sky roadster, sedán y platillo.
Coches submarinos
Por ridículo que parezca, la creciente población obligará a parte de la población a marcharse a vivir bajo el agua. Japón, que tiene un área pequeña y un enorme potencial científico, anunció planes para construir la primera ciudad bajo el agua: "Ocean Spiral". Ya se ha creado un vehículo de buceo, se llama "Rinspeed sQuba". Aunque este nuevo producto se sumerge solo 10 metros y no nada muy rápido, es obvia una mejora adicional del prometedor proyecto.